Sigamos soñando en 2015

El año termina y, como siempre sucede en estas fechas, llega el momento de hacer balance. Han sido meses trepidantes para Justalegría, de cambios y apuestas no siempre fáciles, pero también de proyectos en los que creemos y por los que volveríamos a apostar una y otra vez, con los ojos cerrados.

2014 ha ejercido de punto de inflexión en la trayectoria de una ONG como ésta, que había desarrollado, hasta la fecha, todos sus proyectos en la República Dominicana, y que recientemente decidió, sin embargo, empezar a trabajar también en la ciudad donde nació, Málaga, y en el país que la mira desde el otro lado del Estrecho, Marruecos.

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Nos imponía respeto trasladar esto a nuestros socios, a todos aquellos que apoyaron desde el principio los proyectos con los que, desde 2006, trabajamos para visibilizar y fortalecer esa otra cara del Caribe, a la sombra de los lujosos resorts con todo incluido, en la que tan necesarias son todavía labores como el saneamiento y la prevención y mitigación de los desastres naturales.

Las cosas son difíciles para muchos allí, pero también lo son desde hace tiempo para otros que están más cerca. Desde 2012, el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, por encima, incluso, de los accidentes de tráfico. Junto con la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza y el Ayuntamiento de Málaga, Justalegría ha empezado a trabajar en un programa piloto en el distrito de Bailén-Miraflores que busca ayudar a detectar y prevenir el riesgo de suicidio en las personas usuarias de los servicios sociales, es decir, aquellas que peor lo están pasando con la crisis.

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Marruecos acoge desde este año, también, dos de nuestros proyectos. Justalegría ha empezado a trabajar en la ciudad de Nador, fronteriza con Melilla. Por un lado, contribuyendo a la sostenibilidad del centro de formación profesional Baraka, coordinado por el jesuita Esteban Velázquez, donde se enseña español y oficios a jóvenes en situaciones desfavorecidas. Por otro, apoyando a la Delegación de Migraciones, coordinada también por Velázquez, en su asistencia a los inmigrantes subsaharianos que intentan saltar la valla de Melilla tras un largo y cansado viaje por África, y de cuya terrible suerte somos testigos semanalmente por las noticias.

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Sin el apoyo y sensibilidad de nuestros socios y amigos estos sueños no se habrían hecho realidad. Por eso, queremos terminar 2014 agradeciéndoles la confianza que han seguido depositando en nosotros en un año tan decisivo como éste, y deseando que 2015 cumpla con sus deseos y que podamos seguir soñando juntos. ¡Felices fiestas y feliz año nuevo desde Justalegría! Otro mundo sigue siendo posible.